La pequeña Topanga
Los días pasaron tranquilos hasta que llegó a las Doce
Mazorcas, la noticia de que la pequeña de los Malone había tenido un aparatoso
accidente con su caballo y había fallecido esa misma mañana, por lo que se
celebraría un funeral por el eterno descanso de su alma. La noticia afectó
mucho a Madelaine, ya que esta conocía a la pequeña Topanga desde que nació
hacia ahora 12 años. Madelaine esperó a que Richard volviera del campo para
comunicarle la noticia.
- Richard, han llegado noticias de las Siete Colinas-
- ¿Y?- dijo el ásperamente, todavía no se la había pasado el
berrinche
- Topanga Malone ha muerto esta mañana en un accidente
hípico-
- ¿Cómo? ¿Estas segura de lo que dices?-
- Ha venido Sam ha comunicar la noticia-
- Así que es cierto. ¿Cómo ha sido?-
- Sólo sé que se ha caído del caballo- dijo Madelaine
apesadumbrada. –Esta tarde es el funeral-
Dicho esto, Richard subió a la habitación a prepararse para
el evento. A él también le había afectado la muerte de la hija de los Malone.
Richard y Philippe Malone eran amigos desde la niñez, incluso habían trabajado
juntos en la plantación del padre de Madelaine. Philippe había abandonado la
antigua plantación por causas menos
escabrosas que Richard, él simplemente compró unas tierras y se independizó. Se
casó y tuvo dos hijos: Stuart y Topanga.
Ella, al ser la única chica, recibía todo el amor de su padre quien le concedía
todos sus caprichos. La quería con todo su alma. Richard intento ponerse en la
situación de su amigo pero no pudo.
El funeral era a las 5 de la tarde, pero Richard salió para
la casa en cuanto estuvo cambiado y le dijo a Madelaine:
- Yo saldré ahora, tú iras mas tarde con los chicos-
- ¿Y quien conducirá el carro?- preguntó ella
- Le he dicho a John que se encargue él-
- De acuerdo- dijo ella.
Así que Richard se fue y Madelaine se quedó aguardando a sus
hijos.Cuando Patrick y Suellen estuvieron listos salieron a la
puerta para esperar al carro.
-¿Dónde esta el carro, John? - preguntó Madelaine.
- Ahí viene señora -
Ella se volvió y miró hacia el carruaje que se aproximaba
envuelto un una nube de polvo. De repente, le dio un vuelco el corazón, el
pulso se le aceleró y sintió una debilidad en las piernas. No podía creer lo
que estaba viendo. El conductor del carruaje no era otro que Titán. A pesar de
la gran agitación que sentía por dentro, Madelaine disimuló ante sus hijos.
Subió al carro y con la voz más firme que pudo entonar dijo al cochero que los
llevara a la plantación de sus amigos. El viaje transcurrió sin sobresaltos.
Eran poco más de las cuatro y media cuando los Kendal
llegaron a las Siete Colinas. Había muchos carros en la entrada de la hacienda.
Los Kendal se apearon en la entrada principal, donde los recibió la afligida
madre de la criatura, India Malone. Esta los condujo a la sala donde estaba el
cuerpo de la niña. El rostro de la pequeña Topanga que antes rebosaba vida y
juventud, brillaba ahora enmarcado por las blancas magnolias que rodeaban su
diminuto cuerpo. La chiquilla había muerto a consecuencia de una caída desde su
caballo Scotch. Estaba cabalgando, como todas las tardes, por las colinas de su
plantación cuando el caballo vio un zorro, Scotch se desbocó y empezó a
agitarse. La pequeña Topanga no pudo controlar al animal y cayó violentamente
al suelo. Se golpeó la cabeza contra una roca. Murió en el acto. Los criados la
encontraron varias horas después. La repentina muerte de la niña había
conmocionado profundamente a la familia Malone. India no había parado de llorar
desde que vio el cuerpo sin vida de su hijita. Philippe había matado al pobre
caballo de un tiro, y se habría pegado otro él mismo, si no se lo hubiese
impedido uno de los criados.
La ceremonia había comenzado, todos los invitados estaban
sentados en las sillas forradas de tela negra con unos crespones blancos que
llenaban la estancia. Todos estaban callados escuchando las palabras del
pastor, así que nadie se dio cuenta de que Philippe no estaba en la sala. El
matrimonio Kendal por ser intimo de la familia estaba sentado en la primera
fila, al lado de la puerta. De pronto, como un rayo entró en la abarrotada
sala, Philippe gritando como un endemoniado.
- ¡Tú¡- dirigiéndose a Richard – Tu mataste a mi hija-
Toda la sala estaba conmocionada. Nadie daba crédito a lo que
estaban presenciando. ¿Cómo era posible que el mejor amigo de Philippe hubiese
matado a la pequeña?, ¿Qué estaba diciendo aquel hombre?
- Qué esta diciendo Philippe- dijo Richard tan sorprendido
como el resto de los invitados- Yo no he matado a nadie-
- Claro que sí. No recuerdas, Richard. Tú me vendiste a
Scotch.- una exclamación recorrió la sala- hace un año fui a buscar un caballo
para el cumpleaños de Topanga y tú... tú...... me aseguraste que era manso.
“¡No te causará problemas!” Dijiste, “Llévatelo, Philippe, es manso como un perrito”
me aseguraste. Y ahora qué, ves lo que tu “perrito” ha ocasionado... -
- No sigas Phil- intervino India – dirás cosas que no
sientes-
-¡Cállate, India!, Y en cuanto a ti, Kendal, sal ahora mismo
de esta casa y no vuelvas a poner tus sucios pies en mi plantación-
Richard cogió su
sombrero, sus guantes y salió de la casa, sin pronunciar una sola palabra.
Madelaine se había quedado en su silla sin poder creer lo que acababa de ver.
En cuanto Richard salió de la habitación, Philippe se desplomó. Hicieron falta
dos hombres fuertes para llevarlo a su habitación. India Malone entró en un
ataque de llanto, así que la señora Bare la sacó a la terraza para que le diera
el aire. Después de esto, el padre Bryson intentó devolver la tranquilidad a
los invitados que no se habían marchado o desmayado.
Continuará.....
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