Google+ Agapornix esquizofrenico: Lo siento, no puedo, no me odies.

Metricool

Tuesday, July 23, 2013

Lo siento, no puedo, no me odies.

Con un post-it. Así se ponía fin a una de las 49 desequilibradas relaciones de una de las series que más daño ha hecho al mundo en general.
Y, la chica, se queda tocada. Tan tocada que... ¡OH! ¡Fuma un porro! Vestida de Proenza Schouler y con más años que carracuca. Por supuesto, tampoco sabe coger el peta. Lo hace con el mismo asco con el que coge sus cigarros normales. Me pierdo. No era eso de lo que quería yo hablar.
La cosa es que no mola nada que te dejen. Y todo el mundo pasa su luto y su duelo por la relación perdida. Claro que, no todo el mundo lo pasa igual. Hay muchas formas, muchos trucos y mucha teoría al respecto.
De dejadas quiero hablar. Y de exes. O lo voy a intentar. Lo haré en masculino porque mis fuentes son más de ese género. O casi. Aunque yo creo son bastante parecidos.
- El enquistado. El que se queda pillado y no lo supera. Todos conocemos a uno. En realidad, no tiene novios, tiene exes. Su relación con su ex es más inquietante y perturbadora que cuando estaban juntos. No levanta cabeza. Lo busca. Y en cuanto está un poco centrado, fuerza la recaída. Le gusta. Qué le vamos a hacer.
- El hombre tranquilo. Su duelo le dura lo mismo que el trayecto hasta su casa. Es como un Jedi de las relaciones. O como el doctor Spock. Parece humano, pero ni siente ni padece. Le apena sí, pero qué se le va a hacer. Estas cosas pasan. ¿Te vas a comer esa aceituna?
- El hombre confuso. No existe otro tema de conversación. Cuando hay conversación, claro. Pasa la mayor parte del tiempo en silencio, mirando al infinito, con los ojos enrojecidos. Y cuando habla suele decir: ¿Por qué?, Le voy a llamar o No lo entiendo. Así en bucle.
- El culebrón venezolano. Gritos, pérdida de papeles, envío de mensajes virtuales o en persona, devolución de regalos, más gritos, actualización de redes sociales con frases de reality, mucho speech alterado y dedo en ristre. Suelen volver enseguida y dejarlo definitivamente.
- Un clavo saca a otro clavo. Claro que a este se le va de las manos y podría montar una ferretería. Hay quién bebe para olvidar y hay quién....
- El que compara. Todo lo compara con el ex que le dejó marcado. Para bien o para mal. Es como su sistema métrico.
- Los buenos amigos. En realidad nunda fueron novios. Siempre han sido amigos. Cuando "lo dejan" nada cambia. Siguen viviendo juntos, salen juntos y todo lo hacen juntos, incluso cuando uno de los dos tiene novio nuevo. Todo muy civilizado. Muy europeo. Muy enfermo.
- El resentido. No puede soportar ver nada que implique amor y pareja y compromiso. Será el peor consejero ever al que le puedes preguntar sobre tu incipiente historia. De hecho, no te dejará hablar sobre ella. No llegará a boicotearla pero ganas no le faltan. Enseguida se vuelve a ennoviar.
- El tarzán. Nunca tiene duelo porque solapa sus noviazgos. No pasa más de 2 días soltero. Nadie sabe cómo lo hace... es un don como saber hacer divisiones en papel pasado los 30 o dar volteretas laterales. No busques explicación, es así.
- El novio eterno. Nunca acepta que lo has dejado y se sigue comportando como pareja. Aunque tenga una nueva. Broncas, cotilleos y llamadas de atención constante para que nunca olvides que te quiso, que te quiere y que te querrá.
- Los que se pelean, se desean. Se pasan la vida rompiedo y volviendo. Agotador todo.
- El que te deja y punto.

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