Ha pasado mucho tiempo desde la última
vez.
Y es que no tenía muchas ganas. No es que no haya pasado nada digno que me
moviera por dentro o me acercara al teclado para declamarlo a los cuatro
vientos… Yo pensaba que ya eso no me iba a volver a pasar, que era cosa del
pasado (como beso en la boca) pero… oye, este fin de semana ha pasado… y ha
pasado pues, como pasa siempre, sin pensar, sin planear, como te dicen en la películas
que tiene que ser, cuando menos te lo esperas… con alguien que hace mucho que
no veías o con los que ves siempre que, de repente, son un poco más especiales….
No parecía fácil. Muchos otros lo habían intentado…y muchas veces lo había intentado
yo…pero…la cosa no cuajaba…se acababa antes de empezar…
No es fácil, lo sabemos
todos, no es algo que se pueda forzar, puedes ponerle empeño, puedes mirar hacia
otro lado cuando las señales de emergencia, de “eso no va a pasar” se hacen
bien claras. Las ves. Las niegas. Piensas que sí, que eso va p’alante, pero, de
repente, no sabes muy bien cómo, despiertas y ves que ha sido una quimera. Otra
más.
Pero esta vez no, esta vez ha
sido de verdad, yo estaba allí. Era de verdad. Tengo pruebas. Tengo la certeza
de que pasó.
Sí, este fin de semana.... ¡he salido
dos noches seguidas y he vuelto a casa más tarde de las 6 de la mañana!
No desesperes amiga, si me ha
pasado a mí, a ti también te puede pasar.
Un beso